Agosto siempre trae consigo un nuevo comienzo: regreso a clases, libretas nuevas, horarios por organizar y muchas expectativas. Ya sea que estés entrando a la preparatoria o comenzando un semestre en la universidad, hay un hábito que puede marcar la diferencia en cómo enfrentas este ciclo: arreglarte todos los días antes de salir de casa.
La primera impresión empieza contigo
El regreso a clases es la oportunidad perfecta para proyectar seguridad. Tomarte unos minutos para cuidar tu piel, elegir un look con el que te sientas bien y peinarte, no solo hace que los demás te vean con confianza, sino que te recuerda a ti mismo que estás listo para nuevos retos académicos y sociales.
Motivación que impulsa tu día
Cuando te ves bien, te sientes bien. Esa sensación de seguridad al mirarte al espejo antes de ir a la escuela puede motivarte a participar más en clase, socializar con nuevos compañeros e incluso concentrarte mejor. Verse bien es sentirse preparado.
Un hábito que crea disciplina
Agosto es el mes de los nuevos comienzos, y crear rutinas es esencial. Arreglarte todos los días es más que un tema de estética: es un pequeño ritual que entrena tu constancia y disciplina. Y esa misma disciplina puede ayudarte a organizarte con tus tareas, proyectos y exámenes.
✨ Tip LGLAM: dedica cada mañana al menos 10 minutos a tu cuidado personal. Es un detalle sencillo, pero puede transformar tu motivación y el rumbo de todo tu ciclo escolar.